El 20 de mayo es el Día Mundial de las Abejas, iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con la finalidad de visibilizar el silencioso trabajado que realizan.
Destacar que esta conmemoración, coincide con el nacimiento de Anton Janša, pionero en la apicultura durante el siglo XVIII.
Las abejas o también conocidas como antófilos o Anthophila, en griego "que aman las flores", son un grupo de insectos himenópteros, con alrededor de 20.000 especies en todo el mundo. Una de la más conocida es la Apis Mellifera, especie que produce miel en mayores cantidades.
Destacar que todas las abejas recolectan néctar ya que poseen aparatos digestivos especiales para esto. Pero también necesitan del polen para alimentar a las larvas. Cabe destacar que este último proceso, es vital para la producción de alimentos, directamente relacionados con los ecosistemas silvestres y de producción agrícola.
La labor de las abejas en el mundo
Según una investigación hecha por la Universidad Mayor, el 70% de la agricultura mundial se da gracias a la acción de las abejas, equivalente al 35% de la producción de alimentos.
Respecto a esto, un estudio de la FAO registra que en Chile el 75% de los cultivos frutícolas se podrían ver impactados en su rendimiento y calidad de cosecha por la falta de polinización. Esto por prácticas agrícolas intensivas como el uso de plaguicidas, introducción de especies exóticas, plagas y el cambio climático.
Por lo que las consecuencias serían muy altas frente a una extinción de esta especie. Los seres humanos dependen de ellas para la alimentación y sería catastrófica su desaparición para el medio ambiente.
Destacar además que la Sociedad de Gografía de Londres y el Earthwath Institute clasificaron a las abejas como “los animales más importantes del mundo”.
¿Qué podemos hacer para cuidarlas?
Sin embargo, aún podemos preservar su existencia. Realizando actividades como cultivar plantas autóctonas que florezcan en diferentes épocas del año, proteger las colonias de abejas silvestres, ayudar a mantener los ecosistemas forestales.
Por otro lado, los apicultores y agricultores pueden reservar zonas como hábitat natural, reducir el uso de pesticidas, sembrar atractivos de cultivo alrededor del campo.