Las autoridades penitenciarias de Honduras desmantelaron una serie de celdas “VIP” en la Penitenciaría Nacional de Támara, situada a unos 25 kilómetros al norte de Tegucigalpa. En estas áreas exclusivas, cerca de 800 internos disfrutaban de privilegios que incluían cama matrimonial, aire acondicionado, refrigeradores y otras cosas más dentro del penal.
Estas celdas eran utilizadas por los denominados “toros”, presos que ejercían liderazgo. "Alguien podía, por su condición económica, tener un dormitorio VIP,(...) su aire acondicionado, su televisor, su equipo de sonido, su refrigerador, su cama matrimonial, una sala de estar", señaló el teniente coronel Karllthers Medina, director del recinto.
Durante la inspección, las autoridades descubrieron una serie de estructuras no autorizadas: una carnicería, barbería, talleres de carpintería, fábrica de hamacas y criaderos de tilapia, gallinas y gallos de pelea. Estas instalaciones reflejaban una autonomía preocupante que escapaba al control oficial.
Un contingente de alrededor de 200 guardias fue desplegado para desmantelar estas construcciones y limpiar el área. Los internos fueron trasladados a otro sector con mayor supervisión, medida que busca fortalecer el control y evitar la continuidad de actividades ilícitas desde el interior del penal.