Son muchas las consecuencias que ha generado la pandemia. Una de ellas tiene relación directa con la alimentación, debido a que hubo un leve incremento en la desnutrición, la que pasó de 1,8% en el 2019 a 2,6% en el 2020, según informaciones reveladas por el director del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos (INTA), Francisco Pérez.
Fenómeno que se ve reflejado en un menor desarrollo en la estatura y un menor flujo de nutrientes esenciales que permiten desarrollar funciones vitales como el crecimiento, desarrollo físico o el nivel cognitivo.
Desde la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud catalogan esto como “inseguridad alimentaria” y a nivel país, algunos grupos vulnerables no están tan alejados de ello.