Sin duda el VIH, es una pandemia que afecta tanto a hombres como mujeres, sin embargo, es el género femenino, el que se ve más afectado socialmente e incluso con enfermedades aleatorias asociadas al virus. Justamente por esta razón, www.definicionfm.cl, conversó con Marcela Silva, mujer viviendo con VIH desde la década del 90, en la región de Antofagasta, quién además es activista en la causa y nos contará bajo su experiencia, todo sobre su investigación respecto a la temática.
Periodista: Marcela, llevas tiempo trabajando en el activismo de la prevención del VIH, y durante este tiempo, te has enfocado principalmente en el género femenino. Cuéntanos, ¿Cómo se gesta el VIH según el historial mundial en las mujeres según las estadísticas?
Marcela: El primer caso de una MUJER diagnosticada con VIH en Chile fue en año 1985. Seguida en el año 1987 del primer caso PEDIATRICO. desde esa fecha nivel mundial, ONU Sida indicó que 38 millones de personas viven con el virus. en Chile, según cifras de 2019, existen 71.000 (un aumento de 82% desde el 2010), lo que deja al país como líder en el continente con una incidencia de 7%, siendo los jóvenes entre 15 y 25 años, quienes más han aumentado en notificaciones.
Se estima que unas 7.500 personas adquieren el virus por día, la mayoría de las veces por contacto sexual y consumo de drogas por vía intravenosa, según las estadísticas de la ONU SIDA.
Periodista: ¿Y en Chile cuáles son las cifras que envuelven la temática en el género femenino?
Marcela: Hoy hay 17.000 chilenas viviendo con VIH/SIDA. Y no son mujeres transgénero ni trabajadoras sexuales, como solía creerse antiguamente: la mayoría son jóvenes heterosexuales entre 20 y 39 años que adquieren el virus a través de su pareja estable.
A nivel global, las cifras de Onusida son igual de preocupantes: en 2017 se estimó que más de 18 millones de mujeres mayores de 15 años viven con VIH, lo que corresponde al 52% del total de los adultos que tienen el virus en la región. VIH/SIDA es la principal causa de muerte entre las mujeres en edad reproductiva (entre los 15 y los 49 años).
Ese mismo año, el conjunto de las Naciones Unidas aseguraron que las mujeres están más expuestas a contraer el virus por situaciones de violencia doméstica, abuso sexual e infidelidades de sus parejas estables.
Periodista: ¿Existen otras enfermedades asociadas a las mujeres viviendo con VIH? ¿Qué tan cierta o equívoca es esa aseveración?
Marcela: Es completamente cierta, lamentable que estemos en más riesgo de otras enfermedades, pero es la verdad, y hay que observar y estas con más cuidado.
Las mujeres que viven con el VIH tienen hasta cinco veces más riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino, que es el segundo cáncer más común entre las mujeres que viven en países de rentas bajas y medias. Pese a que el cáncer de cuello uterino se puede prevenir fácilmente con la vacuna para el virus del papiloma humano y normalmente puede curarse con un diagnóstico y un tratamiento tempranos, cada año se les diagnostica a más de 528 000 mujeres, y alrededor de 266 000 mueren innecesariamente, casi el 90% de ellas en países de rentas bajas y medias.
Periodista: ¿Cómo es el caso de las mujeres viviendo con VIH que deseen ser madres?
Marcela: Este Protocolo reconoce el derecho de las mujeres VIH (+) a que decidan libremente, sin coacción de ningún tipo, el número de hijo/as que desean tener, accedan a protocolo de transmisión para prevención vertical si deciden embarazarse, vivan una sexualidad libre de riesgos de re infectarse con el VIH, de adquirir otras infecciones de trasmisión sexual o de un embarazo imprevisto; y que tengan, al igual que otras mujeres, acceso a los métodos anticonceptivos disponibles en la red, incluyendo esterilización quirúrgica voluntaria y anticoncepción de emergencia y, sobre todo, que tengan una atención humanizada y de calidad que reduzca el riego de morbimortalidad.
Periodista: ¿Qué es el protocolo de prevención vertical en ese sentido?
Marcela: El GES garantiza también la prevención de la transmisión vertical del VIH, que incluye el diagnóstico, tratamiento y seguimiento a las gestantes, sus hijas(os) y sus parejas, incluyendo la entrega de sustituto de leche materna para el recién nacido hasta los 6 de meses de vida (por suspensión de la lactancia materna). Esta política ha permitido una reducción significativa de la infección pediátrica adquirida por transmisión vertical, que ha pasado de 28% previo a disponer de procedimiento para prevenirla, a 5,9% en 2015.
Periodista: Solange Villanueva Llanos
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