Esta semana se ha celebrado que hace 65 años fue la primera vez que un ser vivo estuvo en el espacio. Se trata de la perrita Laika.
En concreto, durante 1957 en plena guerra fría, la perrita Laika encontrada en las calles de Moscú, es entrenada por el programa espacial soviético para viajar en el Sputnik 2. Los científicos entonces asumían que los perros callejeros podían soportar condiciones extremas, ya que vivían en medio del frío y el hambre.
La nave espacial soviética fue la segunda puesta en órbita alrededor de la Tierra y se trataba de una cápsula cónica de 4 metros de alto con una base de 2 metros de diámetro.
¿Qué pasó con Laika?
La can viajaba en una cabina sellada, en la que Laika - cuyo nombre original era “Kudryavka” - podía estar acostada o de pie. También tenía un sistema regenerador de aire que le entregaba oxígeno, agua y comida en forma de gelatina.
Una vez lanzada la nave, se planeaba sacrificar a la perrita después de 10 días en órbita. Sin embargo, en octubre de 2002 se reveló por fuentes rusas, que Laika habría muerto pocas horas después debido al sobrecalentamiento y el estrés.
Esta hazaña dio a los científicos los primeros datos sobre cómo se comporta un organismo vivo en el espacio.
Chile también tiene experiencias en el espacio
El 23 de julio de 1999 a bordo del orbitador Columbia de la NASA, viajó un interesante experimento chileno que ponía aprueba a las chinitas en el espacio.
La investigación titulada “Metodología para el Estudio del Comportamiento de Coccinellidae en un Ambiente de Ingravidez” estuvo a cargo de la profesora Ivonne Martínez y un grupo de alumnas del Liceo n.º 1 Javiera Carrera.
El objetivo de esto era estudiar el comportamiento de las chinitas, específicamente la especie coccinellidae, en condiciones de microgravedad depredando pulgones, ácaros, chanchitos blancos, entre otras plagas.
Todo el experimento tardó cerca de cuatro años y finalmente este insecto resultó ser igual de eficiente como depredadora tanto en la Tierra como en el espacio.