<![CDATA[Durante la pandemia de Covid - 19, los gobiernos del mundo se han enfocado en solo mantener funcionando servicios considerados "esenciales", como alimentación, salud, recolección de basura, y en casos más insólitos eventos deportivos, como la WWE.
Es por eso que algunos estados con mayoría republicana, como Texas, Tennesee y Lousiana, y que han mantenido posturas anti aborto, han "aprovechado" para definir el aborto como un "servicio no esencial".
El argumento que utilizan para esta definición es que se ocuparían camas, personal e insumos que podrían ser aprovechados en pacientes de Covid - 19. Sin embargo, también prohibieron los medicamentos para que las mujeres puedan abortar en casa.
Estados como Alabama, Arkansas, Ohio, Oklahoma y Texas, fueron forzados con órdenes judiciales para mantener parte de la atención para la interrupción del embarazo, pero aún la mantienen como "operación que no es de emergencia".
Esto ha dado como resultados efectos de "migraciones" para abortar. Por ejemplo en la clínica de Burkhart, Kansas, se contabilizaron más de 250 mujeres que se sometieron a una interrupción del embarazo, una cifra bastante más alta que las 90 del año anterior, lo que se debió a que muchas mujeres viajaron desde Texas para poder realizarse esta operación.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, afirma que las operaciones de interrupción del embarazo ocupan recursos mínimos, y no le "quitan espacio ni recursos" a los contagiados con coronavirus.
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