Con una lágrima y un recuerdo, como fuese el nombre de su primer gran éxito, fue homenajeado este martes Boris Leonardo González Reyes, el legendario Zalo Reyes.
Hubo un ramito de violetas en las manos de miles de personas que llegaron hasta el Gimnasio Municipal de Conchalí para rendirle honores a quien triunfara en el Festival de Viña del Mar de 1983.
Con más de un motivo y una razón, el Gorrión de Conchalí se ganó el cariño y fervor de todo un país participando a diario en el Festival de la Una, hasta que fue clausurado por la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Acorralado entre sus lágrimas, el ídolo popular también caminó de la mano de los excesos, la noche, las drogas y malas compañías donde incluso estuvo a punto de morir tres veces por accidentes de tránsito.
Siendo aún el rey de tus sueños, fue diagnosticado con diabetes la que junto a malos cuidados y otros padecimientos, produjeron en 2008 la amputación de 5 dedos de su pie y una parálisis facial.
Con una lágrima en la garganta, el pasado 9 de agosto fue internado en el hospital clínico de la Universidad de Chile por una descompensación que finalmente derivaría en el último canto del Gorrión.
María Teresa, Danilo y miles de personas le "gritaron te amo en la calle" mientras su cortejo pasaba por Conchalí rumbo al Cementerio Católico donde fue cremado. Incluso, la pérgola escribió su nombre con pétalos, homenaje realizado por última vez a Felipe Camiroaga.
Como cada 9 de noviembre, como siempre sin tarjeta, los 21 de agosto también serás recordado, legendario Zalo Reyes, Gorrión de Conchalí.
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