Lo que comenzó como un intento de robo terminó convirtiéndose en una pesadilla judicial para Carlos Delgado, comerciante y dueño de una panadería en el sector San Pedro, en Quillota. El pasado 13 de octubre, el hombre fue atacado por dos delincuentes armados con cuchillos dentro de su local, resultando con un corte en la cabeza tras intentar defenderse.
“No podía esperar que él me matara, era él o yo”, declaró el panadero al relatar cómo forcejeó con uno de los ladrones para repeler el ataque.
Pese a haber frustrado el asalto, los agresores quedaron en libertad con medidas cautelares de arraigo nacional y prohibición de acercarse a la víctima. Sin embargo, la situación dio un inesperado giro: uno de los asaltantes, que además vive en el mismo barrio, regresó al negocio para amenazar de muerte al comerciante y a su familia. “Antes de ayer me rajaron dos neumáticos del auto. Me dijeron ‘te vamos a quemar la camioneta, el auto, el negocio, vamos a matar a tus hijos’”, denunció Delgado.
El caso tomó un rumbo aún más insólito cuando uno de los delincuentes presentó una denuncia por agresión contra el propio panadero. “La abogada me explica que los cabros habían quedado libres y cuando les preguntan qué les pasó en el brazo, dicen ‘es que me pegó el Carlos’, y ahí respondieron que querían denunciar”, contó el afectado, incrédulo ante la situación.
Temeroso por las amenazas, Delgado tomó la difícil decisión de sacar a sus hijos de la casa para protegerlos. “Yo me tuve que llevar a mis hijos de acá, no puedo dejarlos acá”, lamentó. Mientras la Fiscalía continúa las diligencias, el comerciante asegura que solo actuó en defensa propia: “Yo me defendí nomás, no puedo hacer nada más”, concluyó con evidente angustia.