Este domingo 4 de septiembre, además del plebiscito que decidirá si Chile tendrá o no una nueva Carta Magna, se conmemoran 7 décadas desde la primera votación presidencial de nuestro país en la que pudieron participar las mujeres.
En las elecciones de 1952 fue efectiva la extensión del voto a las mujeres para sufragar por un nuevo presidente. Esta extensión fue producto de un debate que inició en el país en 1920.
Si bien en 1934 se aprobó el voto femenino para la participación en las elecciones municipales de ese año, recién en la década de los 50' las mujeres pudieron participar en elecciones de mayor envergadura.
Como resultado, ese 4 de septiembre de 1952, Carlos Ibáñez de Campo fue electo como nuevo mandatario con un 46,8% en una votación, que gracias a la incorporación de las mujeres se duplicó su universo votante con respecto a las veces anteriores.
Según un estudio realizado por la Universidad de Talca, donde consideró los datos del SERVEL desde 1988 hasta el 2020, las mujeres votan porcentualmente en mayor proporción que los hombres.
Los datos recogidos indican que hay una brecha a favor de las mujeres, ya que gracias a su mayor participación, puede alcanzar 200 mil votos más que los hombres.
Actualmente, la población femenina en Chile representa el 50,6%, por lo que su participación, que para estas elecciones es de carácter obligatorio, será decisiva.